La Dra. Gisela Puig, cardióloga del Centro Cardiovascular de Puerto Rico y el Caribe y especialista en fallo cardíaco, abordó un tema que ha ganado relevancia en la práctica clínica: la amiloidosis cardíaca, una condición poco común, pero cada vez más diagnosticada.
La doctora Puig explicó que la amiloidosis es una enfermedad sistémica, lo que significa que afecta diferentes partes del cuerpo, no solo el corazón. “Lo que sucede es que hay una proteína, principalmente sintetizada en el hígado, que no puede romperse correctamente y comienza a depositarse en diferentes tejidos del cuerpo, entre ellos el músculo cardíaco”, detalló.
Esta acumulación de proteínas, que no encuentran dónde más alojarse, interfiere con las funciones normales del corazón, particularmente con su capacidad de relajarse y llenarse de sangre entre latidos. “El músculo cardíaco se pone ‘tieso’, dificultando el llenado de sangre. Eso puede generar síntomas como fatiga, hinchazón y dificultad para respirar”, explicó la cardióloga.
Dos tipos principales de amiloidosis cardíaca
La doctora Puig detalló que existen dos formas principales de amiloidosis que afectan directamente al corazón:
- Amiloidosis de cadenas ligeras (AL o ALL):
De origen hematológico, esta forma se relaciona con problemas en la médula ósea y suele aparecer en personas más jóvenes. Sus síntomas pueden incluir fatiga extrema, hinchazón en las piernas, acumulación de líquido en el abdomen, hematomas alrededor de los ojos y lengua agrandada. El tratamiento se basa en terapias similares a la quimioterapia, bajo el manejo de hematólogos-oncólogos.
2. Amiloidosis por transtiretina (TTR)
Más común en adultos mayores, especialmente en hombres mayores de 70 años, esta variante se asocia con una proteína llamada transtiretina. Puede presentarse en su forma hereditaria o en su variante de tipo salvaje (senil). Los síntomas incluyen debilidad, neuropatía periférica, retención de líquidos y adormecimiento o dolor en extremidades.
Una enfermedad sistémica y desafiante
La amiloidosis no solo afecta el corazón. Puede comprometer órganos vitales como los riñones, el hígado, el sistema nervioso, el bazo y el tracto digestivo. Esto explica la amplia variedad de síntomas que puede presentar, entre ellos diarrea, estreñimiento, cambios en la piel, y alteraciones sensoriales.
Existen otras formas de amiloidosis, como la AA (secundaria), asociada a enfermedades inflamatorias crónicas, y la amiloidosis localizada, que típicamente afecta órganos aislados como vejiga o pulmones y suele tener mejor pronóstico.