El cambio climático y la contaminación del aire repercuten de diversas formas en la salud de la población. Un grupo especialmente susceptible son las personas que padecen enfermedades respiratorias, como el asma o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Estas condiciones se manejan principalmente mediante el uso de inhaladores, que ayudan a mejorar la función pulmonar y a disminuir la frecuencia de crisis agudas.
En la actualidad, hay distintos tipos de inhaladores disponibles en el mercado, pero no todos son igualmente sostenibles en cuanto a su huella de carbono. Para abordar este asunto y establecer pautas claras, el Ministerio de Sanidad ha publicado un nuevo documento sobre la prescripción de inhaladores sostenibles. Este informe, elaborado con la colaboración de varias sociedades científicas, incluida la Asociación Española de Pediatría (AEP), destaca la necesidad de fomentar el uso de inhaladores con menor huella de carbono siempre que sea posible.
Específicamente, el Ministerio de Sanidad indica que se deben prescribir inhaladores de polvo seco y de niebla fina, que actualmente presentan una huella de carbono mucho menor en comparación con los inhaladores de cartucho presurizado disponibles en el mercado.
No obstante, los autores del informe no sugieren cambiar el inhalador de pacientes que estén clínicamente controlados únicamente por razones medioambientales. Según el documento, cualquier decisión para disminuir el impacto ambiental de los inhaladores debe tomarse de manera individualizada y en consenso con el paciente, priorizando siempre el criterio clínico y el adecuado control de la enfermedad sobre la huella de carbono del inhalador.
Es por esto que, el uso de inhaladores con baja huella de carbono, como los de polvo seco o de niebla fina, u otros dispositivos nuevos que puedan aparecer, se sugiere solamente ante situaciones como: Nuevos diagnósticos de patología respiratoria, el cambio de inhalador por motivos clínicos o referencia del paciente en caso de no comprometerse el control de su patología, esto siempre y cuando las características del individuo sean las adecuadas y se consiga mantener el control de los síntomas.
Dado que la educación terapéutica sobre el uso adecuado de los inhaladores es fundamental para mitigar su impacto ambiental, el documento también resalta la relevancia del reciclaje y de una gestión ambiental adecuada de los inhaladores que estén caducados, gastados o que no se hayan utilizado.
Según lo indicado por el Ministerio de Sanidad y las sociedades científicas que respaldan el documento, es imprescindible descarbonizar el Sistema Nacional de Salud, lo cual requiere un compromiso fundamentado en la evidencia científica para fomentar la reducción de sus efectos ambientales, al mismo tiempo que se asegura la confianza, salud y seguridad de los pacientes.