La Dra. Noritza Rivera, hematóloga oncóloga, explicó que, aunque el cáncer de pulmón afecta mayormente a los hombres, la población femenina también se ve gravemente afectada.
En Puerto Rico, el cáncer de pulmón es la tercera causa de muerte por cáncer, con una de cada cuatro personas en riesgo de desarrollarlo. Aunque el principal factor de riesgo sigue siendo el consumo de cigarrillos, la experta destacó que en el caso de mujeres no fumadoras, especialmente jóvenes, el cáncer de pulmón puede manifestarse con características particulares.
En estos casos, las mutaciones genéticas juegan un papel fundamental en el desarrollo del cáncer, lo que permite la aplicación de tratamientos dirigidos que no siempre se basan en la quimioterapia convencional.
Además, la doctora Rivera señaló que en Puerto Rico se observan menos casos de fumadores en comparación con Estados Unidos, lo que podría explicarse por las políticas públicas que regulan el consumo de tabaco. No obstante, incluso aquellos que nunca han fumado pueden ser diagnosticados con cáncer de pulmón, especialmente si tienen ciertas mutaciones genéticas, como las del gen EGFR, que permiten acceder a terapias más personalizadas y eficaces.
Los avances en la inmunoterapia han cambiado radicalmente la forma en que se trata el cáncer de pulmón. La doctora compartió que los pacientes ahora pueden recibir tratamientos más específicos, lo que ha resultado en una mejora significativa en la sobrevida de los pacientes y en su calidad de vida. Este tipo de terapias ha sido clave para personalizar el tratamiento y reducir los efectos secundarios comunes de los tratamientos tradicionales.
«Hoy en día, tratamos el cáncer de pulmón de una manera completamente diferente a hace tan solo unos años», comentó la doctora Rivera. «El avance en el diagnóstico y los tratamientos dirigidos a las mutaciones genéticas han permitido una mejora sustancial en la calidad de vida de los pacientes, y seguimos trabajando para ofrecer mejores opciones».
Este simposio también sirvió para poner de relieve la importancia de la educación médica continua, así como el acceso a tratamientos de vanguardia que podrían cambiar el panorama del cáncer de pulmón, especialmente en poblaciones que históricamente no han sido tan reconocidas en la investigación sobre esta enfermedad.