La automedicación ha contribuido al desarrollo de la resistencia antimicrobial: infectóloga

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Dra. Mariely Otero, especialista en enfermedades infecciosas y presidenta de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de Puerto Rico. Foto:PHLatam

La resistencia antimicrobiana (RAM) es uno de los problemas de salud más críticos del siglo XXI, tanto a nivel global como en Puerto Rico. Este fenómeno ocurre cuando las bacterias, virus y otros microorganismos desarrollan mecanismos para resistir los efectos de los tratamientos antimicrobianos, como los antibióticos, lo que hace que las infecciones sean más difíciles de tratar y aumenta el riesgo de complicaciones graves o incluso la muerte.

Según la Dra. Mariely Otero, especialista en enfermedades infecciosas y presidenta de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de Puerto Rico, la RAM no es exclusiva de una región o país, sino que afecta a todos los rincones del planeta, y Puerto Rico no es la excepción. “La resistencia antimicrobiana es un problema de todo el mundo, nos afecta a todos. El abuso y uso indiscriminado de los antibióticos han sido factores claves en esta crisis”, comenta la especialista, quien tiene una amplia experiencia en el manejo de infecciones en la región norte de la isla. 

Infecciones comunes con resistencia a los antibióticos

A medida que las bacterias se adaptan a los tratamientos, algunas infecciones que anteriormente eran fáciles de tratar están comenzando a presentar una resistencia considerable. Entre las más comunes, la Dra. Otero menciona las enfermedades de transmisión sexual, como la clamidia trachomatis y la gonorrea, que en el pasado respondían bien a ciertos antibióticos, pero que ahora requieren tratamientos alternativos debido a su resistencia.

Otro ejemplo es la Escherichia coli, bacteria responsable de muchas infecciones urinarias, que ha desarrollado resistencia a antibióticos previamente efectivos como las fluoroquinolonas. Las infecciones respiratorias, como las causadas por el Streptococcus pneumoniae, también han mostrado una resistencia creciente a antibióticos como la penicilina y la eritromicina.

Lo más alarmante, señala la especialista, es que incluso aquellos pacientes que nunca han recibido tratamiento en un hospital pueden ser portadores de estas bacterias resistentes, muchas veces debido a factores como el uso excesivo de antibióticos en la agricultura, donde se administran a los animales para promover su crecimiento.

El futuro de los antibióticos 

La falta de nuevos antibióticos y el rápido desarrollo de resistencia son una amenaza creciente para la medicina moderna. Si no se toman medidas para frenar el abuso de estos medicamentos, las infecciones comunes podrían volverse intratables en el futuro cercano. “Cada vez se hace más difícil desarrollar nuevos antibióticos, y las bacterias desarrollan resistencia mucho más rápido que lo que tardan en producirse estos nuevos medicamentos”, advierte la infectóloga.

Por ello, la Dra. Otero enfatiza la importancia de la prevención. Vacunas, lavado frecuente de manos y la educación sobre el uso adecuado de los antibióticos son fundamentales para frenar esta crisis. “Debemos educar a la población y a los profesionales de la salud sobre el uso responsable de los antibióticos. Si necesitamos un antibiótico, debemos tomarlo según lo prescrito, por el tiempo adecuado y sin compartirlo”, afirma.

Medidas colectivas y gubernamentales

Además de las acciones individuales, la doctora Otero resalta que es crucial que el gobierno y las autoridades sanitarias implementen políticas públicas para controlar la prescripción indiscriminada de antibióticos. “Las medidas colectivas, como una regulación más estricta en la venta de antibióticos y campañas de sensibilización, son esenciales para evitar que este problema siga empeorando”, concluye.

La resistencia antimicrobiana es un desafío serio que exige un esfuerzo conjunto entre la comunidad médica, los pacientes y las autoridades gubernamentales. Si no se toman medidas urgentes, las consecuencias podrían ser devastadoras para la salud pública, tanto en Puerto Rico como en el resto del mundo.

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