El doctor Mario Bernal, cirujano general, habló sobre un avance clave en el campo de la cirugía: la laparoscopía. Este procedimiento, conocido como «cirugía de los rotitos» debido a las pequeñas incisiones que se realizan, ha revolucionado la forma de operar, ofreciendo a los pacientes una recuperación más rápida y con menos complicaciones.
Según el Dr. Bernal la laparoscopía “es una técnica quirúrgica mínimamente invasiva que permite a los médicos realizar procedimientos a través de pequeñas incisiones, normalmente introduciendo una cámara y otros instrumentos quirúrgicos en el abdomen”. Este método se originó a principios del siglo XX, pero fue en la década de 1980 cuando comenzó a popularizarse, especialmente en procedimientos como la colecistectomía.
El Dr. Bernal destacó que, aunque muchos asocian la laparoscopía únicamente con la extracción de la vesícula y el apéndice, este método se usa para operar una variedad de órganos, incluyendo hígado, páncreas y en procedimientos ginecológicos y urológicos. “Casi cualquier cirugía que se pueda realizar de manera abierta también se puede hacer por laparoscopía”, aseguró Bernal, enfatizando la importancia de un entrenamiento adicional para los cirujanos en esta técnica.
La laparoscopía ha permitido que muchos pacientes sean dados de alta el mismo día de la cirugía, lo que contrasta con los largos períodos de recuperación de las operaciones abiertas. Sin embargo, el Dr. Bernal advirtió que, como en cualquier procedimiento quirúrgico, existen riesgos, como sangrado o perforación de órganos.
A medida que la laparoscopía avanza, la tecnología también evoluciona. Esta herramienta ha comenzado a integrarse en procedimientos oncológicos, desafiando la idea de que solo se pueden realizar cirugías abiertas en casos de cáncer.
No obstante, hay contraindicaciones para la laparoscopía. Pacientes con ciertas condiciones pulmonares o cardiovasculares, así como aquellos con historial de cirugías previas en el abdomen, pueden enfrentar riesgos adicionales. La evaluación del cirujano es crucial para determinar si un paciente es apto para este tipo de cirugía.
Las complicaciones pueden surgir incluso en los procedimientos más rutinarios, y es fundamental que los pacientes estén atentos a síntomas como un aumento en el dolor o fiebre postoperatoria, que podrían indicar infecciones o problemas relacionados.
De cara al 2024, la laparoscopía sigue evolucionando, y los avances en tecnología y técnicas quirúrgicas siguen mejorando la atención al paciente. Este método se ha consolidado como una opción muy eficaz y segura en el ámbito quirúrgico y su continuo desarrollo promete mejores resultados para los pacientes en el futuro.