Un tratamiento con antivirales de acción directa (AAD) permitió la erradicación del virus de hepatitis C (VHC) en un paciente con fibrosis quística (FQ), allanando el camino para un exitoso trasplante bipulmonar un año después. El caso, atendido en la Unidad de Fibrosis Quística de adultos del Hospital Interzonal General de Agudos Rodolfo Rossi, evidencia el avance terapéutico que representa esta nueva generación de fármacos.
Se trata de un hombre de 41 años, con diagnóstico de fibrosis quística desde los 9 años, quien presentaba una severa afectación pulmonar crónica por infecciones recurrentes con Pseudomonas aeruginosa y Staphylococcus aureus meticilino resistente. Al momento del tratamiento, el paciente mostraba un importante deterioro respiratorio (VEF1 del 17%, CVF del 35%) y fue internado por insuficiencia pulmonar avanzada.
Durante la hospitalización se diagnosticó infección por VHC genotipo 1a, con una alta carga viral (2.250.000 UI/ml) y una afectación hepática crónica compatible con estadio F3 de fibrosis, según elastografía hepática (11,9 kPa), aunque sin cirrosis ni hipertensión portal.
Dado el riesgo que implicaba para este tipo de pacientes el uso de tratamientos convencionales basados en interferón pegilado y ribavirina —conocidos por su toxicidad pulmonar—, el equipo médico optó por un régimen de antivirales de acción directa compuesto por paritaprevir-ritonavir-ombitasvir y dasabuvir, durante doce semanas.
El tratamiento fue bien tolerado, sin efectos adversos ni exacerbaciones respiratorias. Al finalizar el esquema, el RNA del VHC resultó indetectable, alcanzando una respuesta virológica sostenida (RVS). Un año más tarde, ya en lista de espera por trasplante, el paciente fue sometido con éxito a un trasplante bipulmonar.
Un nuevo paradigma para el manejo de hepatitis C
La introducción de los AAD ha revolucionado el tratamiento del VHC, ofreciendo tasas de curación superiores al 95 % y con mínimos efectos secundarios. En el caso de pacientes con FQ, históricamente excluidos de tratamientos antivirales por el riesgo de deterioro pulmonar, estos fármacos ofrecen una alternativa segura y efectiva.
A pesar de que la infección por hepatitis C aún es considerada una contraindicación relativa para el trasplante pulmonar, casos como este refuerzan la posibilidad de tratar la infección previamente y proceder con el trasplante con mayor seguridad
Este caso resalta la importancia de la evaluación integral y personalizada de pacientes con enfermedades crónicas complejas. La mayor sobrevida de personas con fibrosis quística, sumada al acceso a nuevos tratamientos, plantea desafíos pero también oportunidades. La utilización de antivirales de acción directa abre nuevas perspectivas en el abordaje de pacientes candidatos a trasplante, ampliando sus opciones terapéuticas y mejorando su calidad de vida.