Puerto Rico avanza en el tratamiento de la leucemia con terapias dirigidas e inmunoterapia

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Dr. William Marrero, hematólogo-oncólogo, durante entrevista con PHL. Foto de PHL.

“Puerto Rico es mi casa, de eso no hay duda”, afirma el Dr. William Marrero, hematólogo-oncólogo puertorriqueño que actualmente realiza una subespecialidad fuera del país. 

Aunque su formación continúa en el extranjero, su compromiso con el desarrollo médico en la isla se mantiene firme. Desde su experiencia, comparte cómo los avances en el diagnóstico y tratamiento de la leucemia aguda están transformando las expectativas de vida de los pacientes.

Más de una docena de terapias aprobadas por la FDA

Desde 2017, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha aprobado más de 13 nuevos medicamentos para el tratamiento de la leucemia, y se espera que próximamente se incorporen más. Estas terapias, conocidas como terapias dirigidas, actúan directamente sobre genes o moléculas específicas responsables de causar la enfermedad.

“El diagnóstico de una leucemia aguda debe incluir tres componentes esenciales: la morfología, la citogenética y los marcadores moleculares”, explica el Dr. Marrero. Estos elementos permiten clasificar el riesgo de la enfermedad, de favorable a adverso y seleccionar tratamientos más precisos, con mejores resultados y menos efectos secundarios.

Hace apenas tres décadas, la leucemia era sinónimo de un pronóstico sombrío. Hoy, gracias a los avances científicos, la realidad es distinta.  “En los años 80 y 90, solo tres de cada diez pacientes sobrevivían cinco años después del diagnóstico. Actualmente, esa cifra puede alcanzar hasta un 80 % en los casos de riesgo favorable”, señala el especialista.

El cambio se debe a la incorporación de marcadores moleculares y tratamientos personalizados que permiten atacar directamente las alteraciones genéticas responsables de la enfermedad. Esto no solo mejora la eficacia terapéutica, sino que reduce notablemente la toxicidad.

La inmunoterapia y las células CAR-T marcan una nueva era

En el caso de la leucemia linfoblástica aguda, el progreso ha sido aún más notable. La inmunoterapia y las terapias con células CAR-T han comenzado a reemplazar la quimioterapia tradicional en centros de referencia internacional, como el MD Anderson Cancer Center.

“Estamos moviendo tratamientos que antes se usaban en segunda o tercera línea hacia la primera línea terapéutica. Con ello hemos logrado mejores respuestas y menos efectos secundarios”, explica el doctor. Este cambio representa un nuevo paradigma en el manejo de las leucemias, donde la meta es conservar la eficacia del tratamiento sin comprometer la calidad de vida del paciente.

En la isla, la colaboración entre instituciones médicas ha permitido implementar protocolos de diagnóstico más ágiles. El Dr. Marrero destaca la participación del Hospital Municipal de San Juan en el programa nacional Mielo Match, que permite obtener resultados de marcadores moleculares en tan solo 72 horas.

“Puerto Rico fue el primer territorio estadounidense en enlistar pacientes con este protocolo. Hemos visto mejoras significativas en los resultados clínicos gracias a diagnósticos más rápidos y tratamientos más personalizados”, subraya.

Además, el especialista resalta el valor de los ensayos clínicos como una oportunidad para acceder a terapias innovadoras. “No se trata de experimentar; los pacientes reciben tratamientos estándar aprobados por la FDA, junto con medicamentos ya evaluados en fases iniciales de investigación. Es la mejor alternativa terapéutica para muchos pacientes con leucemia aguda”, puntualiza.

La importancia de la detección temprana

El Dr. Marrero recuerda que el médico primario desempeña un rol fundamental en la detección de la enfermedad. Recomienda realizar un hemograma (CBC) al menos dos veces al año, y ante cualquier alteración en los glóbulos blancos, plaquetas o hemoglobina, referir al paciente a un centro especializado.

“Detectar a tiempo puede cambiar completamente el pronóstico. Hoy contamos con más conocimiento, más herramientas y terapias más seguras. La leucemia ya no es una sentencia; es una enfermedad que, tratada a tiempo y con precisión, ofrece esperanza y vida”, concluye.

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