¿Qué es el eritema infeccioso o “quinta enfermedad” y por qué está aumentando en varios países?

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El eritema infeccioso, causado por el parvovirus B19, puede provocar una recaída del sarpullido después de la exposición al calor o al sol, incluso cuando otros síntomas ya han desaparecido.

La “quinta enfermedad”, también llamada eritema infeccioso o “enfermedad de la bofetada” por el característico sarpullido rojo en las mejillas, vuelve a ser motivo de alerta sanitaria. Su causa es el parvovirus B19, un virus que afecta tanto a niños como a adultos y cuya circulación está en aumento en distintas partes del mundo.

En los últimos meses, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos y autoridades de salud de Europa han reportado un incremento inusual en los casos. Lo mismo ocurre en Argentina, donde especialistas detectan un posible brote subregistrado, ya que la infección no es de notificación obligatoria.

¿Por qué está resurgiendo?

Durante la pandemia de COVID-19, las medidas de aislamiento y distanciamiento social redujeron la circulación de muchas enfermedades respiratorias. Según la investigadora Pilar Adamo, esto podría haber limitado la exposición al parvovirus, generando una baja inmunidad poblacional, especialmente en niños.

De hecho, estudios en embarazadas en Argentina mostraron una menor presencia de anticuerpos durante 2021-2022, lo que indica una baja inmunidad frente al virus.

El parvovirus B19 se transmite por gotitas respiratorias y suele causar síntomas leves. Sin embargo, hay personas con mayor riesgo de complicaciones:

  • Niños: presentan fiebre y el típico sarpullido facial.
  • Adultos: pueden tener dolor articular y erupciones en el cuerpo.
  • Personas inmunocomprometidas o con enfermedades hemolíticas, como anemia falciforme, pueden desarrollar formas graves como anemia aplásica.
  • Embarazadas: existe riesgo para el feto, incluyendo anemia fetal, hidropesía e incluso aborto espontáneo.

La enfermedad suele tener dos fases:

Primera fase: fiebre, malestar general y dolores musculares, esta fase es más contagiosa.

Segunda fase: sarpullido facial en niños, erupción corporal o dolor en las articulaciones.
Muchas personas tienen la infección sin síntomas, pero igualmente pueden transmitirla.

Cómo reducir el riesgo del parvovirus

Aunque no existe una vacuna ni tratamiento específico, las medidas de prevención son similares a las de otras enfermedades respiratorias, lavarse las manos con frecuencia, mantener limpias las superficies comunes, taparse la boca y la nariz al toser o estornudar, evitar el contacto con otras personas si se presentan síntomas, usar mascarilla si se está embarazada, inmunocomprometido o con trastornos sanguíneos.El aumento global de casos de la quinta enfermedad recuerda la importancia de vigilar infecciones comunes que pueden tener consecuencias graves en personas vulnerables. Si bien la mayoría de los casos son leves, reconocer los síntomas y actuar a tiempo puede hacer la diferencia, especialmente en contextos escolares, laborales y durante el embarazo.

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