¿Qué hace que las mujeres tengan baja calidad del sueño en comparación con los hombres?

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El estrógeno y la progesterona tienen un papel significativo en las funciones cerebrales.

El sueño de las mujeres se ve influenciado por factores biológicos que lo diferencian del de los hombres. Los cambios hormonales a lo largo de las distintas etapas de la vida son determinantes en la calidad del descanso, lo que conlleva importantes implicaciones en la salud femenina.

Estudios han revelado cifras preocupantes: entre el 75% y el 84% de las mujeres embarazadas tienen problemas para dormir en el tercer trimestre, mientras que hasta un 80% de aquellas en la etapa de la menopausia presentan síntomas que dificultan su descanso. Esto evidencia la necesidad de un abordaje de precisión en la identificación de los fenotipos asociados al sexo en los trastornos del sueño.

La Dra. Irene Cano, coordinadora del Área de Sueño de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), enfatiza la relevancia del influjo hormonal en estos trastornos. «Las hormonas reproductivas como el estrógeno y la progesterona tienen un papel significativo en las funciones cerebrales, no solo en la regulación de la reproducción, sino también en procesos fisiológicos relacionados con los ritmos circadianos, el rendimiento cognitivo, el estado de ánimo y el sueño. Además, otras hormonas como la prolactina, la hormona del crecimiento, el cortisol y la melatonina tienen efectos sexo-dependientes sobre el descanso», explica.

Adolescencia y alteraciones en el sueño

El impacto de los cambios hormonales en el sueño femenino comienza en la adolescencia. Durante esta etapa, las niñas se desarrollan antes que los niños y tienden a dormir más tarde, lo que provoca que se levanten antes y acumulen un déficit de sueño. Se estima que necesitan aproximadamente diez horas de descanso para evitar problemas como bajo rendimiento escolar, trastorno por déficit de atención/hiperactividad, obesidad y enfermedades metabólicas.

La enfermera Ariadna Farré, de la Unidad de Sueño de la SEPAR, destacó la importancia de adaptar los horarios escolares a las necesidades biológicas de los adolescentes. «En el caso de los adolescentes, los colegios tendrían que comenzar las clases de la mañana más tarde si se quiere que tengan un buen rendimiento académico, ya que la mitad se duerme en clase», señaló.

Estrógenos, progesterona y su impacto en el descanso

Según la Dra. Cano, la diferencia entre sexos en la calidad del sueño se hace más evidente en la adolescencia, cuando se producen los primeros cambios hormonales significativos. «Los cambios en los niveles de estrógenos y progesterona son los responsables de alterar en cierta medida la calidad de nuestro sueño y sus fases», afirmó.

El reconocimiento del papel que desempeñan las hormonas en la salud del sueño femenino es clave para mejorar la calidad de vida de las mujeres. Comprender estas diferencias permitirá desarrollar estrategias médicas más personalizadas y eficaces para el tratamiento de los trastornos del sueño desde una perspectiva de género.

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