El síndrome de Cushing es un trastorno poco frecuente, pero de alto impacto para la salud. Se caracteriza por la producción excesiva y prolongada de cortisol, una hormona relacionada con el estrés. Aunque el cortisol es esencial en situaciones puntuales —como en la respuesta de lucha o huida—, cuando se mantiene en niveles elevados durante mucho tiempo puede desencadenar serias complicaciones.
Cortisol y azúcar en sangre: una relación peligrosa
Uno de los efectos más relevantes del síndrome de Cushing es su impacto en el metabolismo de la glucosa. El exceso de cortisol puede interferir con el funcionamiento de la insulina, provocando hiperglucemia, es decir, niveles altos de azúcar en sangre. Estudios estiman que entre el 10 % y el 30 % de las personas con síndrome de Cushing desarrollan algún grado de alteración en el metabolismo de la glucosa.
Esto no solo aumenta el riesgo de padecer diabetes tipo 2, sino que también puede elevar la probabilidad de complicaciones graves como enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares o infecciones.
Otras complicaciones asociadas
El síndrome de Cushing puede generar una larga lista de problemas de salud adicionales, entre ellos:
- Hipopotasemia (niveles bajos de potasio)
- Hipertensión arterial
- Niveles anormales de colesterol
- Pérdida de masa ósea y fracturas
- Coágulos sanguíneos
- Pérdida de memoria o concentración
- Cambios de humor o depresión
Aunque no todas las personas afectadas desarrollan estas complicaciones, el riesgo se incrementa significativamente si el síndrome no se diagnostica y trata a tiempo.
¿Puede afectar a personas sin diabetes previa?
Sí. El síndrome de Cushing puede provocar hiperglucemia incluso en personas sin antecedentes de diabetes ni otros factores de riesgo. Por eso, los expertos recomiendan a quienes padecen esta condición monitorear regularmente su nivel de azúcar en sangre, aunque no hayan sido diagnosticados con diabetes.
Tratamiento y manejo
Tratar el síndrome de Cushing suele mejorar los niveles de azúcar en sangre. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir:
- Cirugía para extirpar tumores en la hipófisis o las glándulas suprarrenales
- Medicamentos específicos que actúan sobre el origen del exceso de cortisol
- Radioterapia o quimioterapia, según el caso
- Ajustes en la dosis de glucocorticoides, si el síndrome fue inducido por medicamentos
También existen fármacos dirigidos específicamente a reducir los efectos del exceso de cortisol, como la mifepristona o el relacorilant.
Para el control de la hiperglucemia, se suelen aplicar estrategias similares a las de la diabetes tipo 2: alimentación saludable, actividad física, medicamentos orales o incluso insulina en algunos casos.