Remisión de la diabetes tipo 2: un nuevo objetivo en el cuidado de la diabetes

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Los estudios hasta ahora sugieren que, para muchos, alcanzar y mantener una pérdida de peso significativa es clave para la remisión de la DM2. Imagen de archivo

La diabetes mellitus tipo 2 (DM2) continúa siendo una de las principales amenazas de salud pública en todo el mundo, afectando a millones de personas y a los sistemas de atención médica que la combaten diariamente. Hasta hace poco, el manejo de esta enfermedad crónica se centraba en el control de la glucemia y la administración de medicamentos, bajo la idea de que la DM2 era irreversible. Sin embargo, investigaciones recientes revelan que la remisión de la DM2 es posible, especialmente si se logra una reducción significativa del peso corporal. 

La obesidad y la acumulación de grasa en órganos como el hígado y el páncreas son factores críticos en el desarrollo de la DM2. Estudios recientes muestran que la remisión puede ser alcanzada con intervenciones de pérdida de peso. Un estudio en EE.UU. UU. encontró una incidencia de remisión del 4,6 % en pacientes con diagnóstico reciente de DM2 (menos de dos años), mientras que en Reino Unido, solo el 1,7 % de las personas alcanzaron la remisión sin intervención específica. 

La cirugía metabólica o bariátrica se ha posicionado como una alternativa efectiva para promover la remisión en pacientes con obesidad y DM2. En la Alianza de Ensayos de Medicina Versus Cirugía en Diabetes tipo 2 (ARMMS-T2D), el 37,5 % de los pacientes lograron la remisión tres años después de la cirugía. Este procedimiento no solo genera una pérdida de peso duradera, sino que también crea un ambiente hormonal que favorece el mantenimiento de los niveles de glucosa en sangre. Pese a esto, la cirugía no es accesible ni aceptada universalmente y suele reservarse para casos específicos.

Además de la cirugía, los estudios han investigado enfoques menos invasivos. En el ensayo Look AHEAD, se observó que el 11,5 % de los pacientes lograron la remisión tras un año de intervención intensiva en el estilo de vida (ILI), que incluyó asesoría nutricional y apoyo para la actividad física. 

De manera similar, el ensayo clínico DiRECT en Reino Unido demostró que el 46% de los pacientes lograron la remisión al año tras una intervención de pérdida de peso mediante reemplazos de comida de baja energía. El estudio DIADEM-I, en Medio Oriente y África del Norte, mostró que el 61 % de los pacientes logró la remisión, consolidando la evidencia de que estas intervenciones pueden ser efectivas en diversas poblaciones. 

El estudio más reciente, DiRECT-Aus en Australia, confirmó que una intervención intensiva en el estilo de vida y dieta permitió que el 55% de los pacientes alcanzara la remisión tras un año. Durante la pandemia de COVID-19, se observaron algunos desafíos para mantener la pérdida de peso en el largo plazo, pero el estudio demostró la seguridad y efectividad de este enfoque.

Recientemente, las pautas internacionales han comenzado a reconocer la remisión de la DM2 como un objetivo alcanzable. El consenso actual establece que se puede considerar a una persona en remisión si logra niveles de HbA1c menores a 6,5 ​​% (48 mmol/mol) durante al menos tres meses sin medicamentos para reducir la glucosa. Este criterio excluye a quienes logran la remisión mediante fármacos, pero estudios adicionales están evaluando medicamentos que ayudan a perder peso y mejorar el control glucémico, como los agonistas de los receptores GLP-1.

Los estudios hasta ahora sugieren que, para muchos, alcanzar y mantener una pérdida de peso significativa es clave para la remisión de la DM2. Los esfuerzos futuros deben centrarse en fortalecer las intervenciones en el estilo de vida, utilizando tecnologías digitales, seguimiento frecuente y combinaciones de tratamiento que abarquen tanto la pérdida de peso como el control glucémico y cardiovascular.

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