El Dr. Diego Sainz De La Peña, reconocido pediatra con más de 40 años de experiencia, ha hecho un llamado a la prevención y la vacunación ante el resurgimiento global del sarampión, una enfermedad altamente contagiosa que, aunque erradicada en Puerto Rico, podría regresar si no se mantiene una vigilancia estricta.
“Yo soy de los pocos pediatras que vio muchos casos de sarampión, antes de que se estableciera la segunda dosis de la vacuna”, comenta el Dr. Sainz De La Peña. Según explica, aunque la vacunación contra esta enfermedad comenzó hace varias décadas, no fue hasta 1989, tras una gran epidemia en Estados Unidos y Puerto Rico, que se introdujo la recomendación de aplicar una segunda dosis de la vacuna, lo que resultó clave para su casi total erradicación en la isla.
El doctor advierte, sin embargo, que la baja vacunación en ciertas regiones, especialmente en partes de Europa y Estados Unidos, ha provocado el resurgimiento del virus. “Vamos a seguir teniendo sarampión mientras no vacunemos a los niños”, afirmó.
Sobre la identificación del sarampión, el pediatra describe una serie de síntomas severos: fiebre alta, conjuntivitis, síntomas respiratorios como bronquitis y una erupción característica llamada “exantema morbiliforme”, que cubre todo el cuerpo. “Yo vi pacientes con encefalitis por sarampión, vi pacientes con pulmonía. No me lo tienen que contar, yo los vi. Esto hay que evitarlo”, señaló con preocupación.
El Dr. Sainz De La Peña insiste en que para garantizar una población protegida se necesita una tasa de vacunación superior al 95%. Reiteró que en Puerto Rico actualmente no hay casos autóctonos, pero que el sarampión puede llegar importado, especialmente a través de viajeros provenientes de zonas con brotes activos.
“El sarampión va a entrar por aeropuertos o por los puertos, porque va a venir de otros sitios, sea de Europa o Estados Unidos. Hay que crear conciencia: si una persona llega con fiebre, síntomas respiratorios o erupción cutánea, no debe ir a la escuela ni a ningún lugar público hasta ser evaluada médicamente.”
La vacunación no solo es una medida de protección individual, sino una responsabilidad colectiva para evitar que enfermedades prevenibles como el sarampión vuelvan a cobrar vidas.