El Dr. Carlos Micames, expresidente de la Asociación de Gastroenterólogos de Puerto Rico y especialista en endoscopia intervencional, ofreció una intervención destacada sobre los avances más recientes en la endoscopia terapéutica y diagnóstica. En su ponencia, destacó el impacto de estas herramientas en la detección temprana del cáncer de esófago y su tratamiento.
Aunque el cáncer de esófago no es uno de los más prevalentes en Puerto Rico, sigue siendo una causa importante de mortalidad. “Los factores de riesgo para el adenocarcinoma incluyen la obesidad, la presencia prolongada de reflujo gastroesofágico y una dieta rica en carnes rojas y procesadas”, indicó el Dr. Micames.
El Dr. Micames también destacó un aumento en los casos relacionados con el virus del papiloma humano (VPH), especialmente en pacientes con cáncer de cabeza y cuello. “Esto subraya la conexión entre el VPH y el cáncer de esófago, lo que nos obliga a ser más vigilantes en la detección de este tipo de lesiones”, explicó.
“Hoy en día, la endoscopia no solo es fundamental para el diagnóstico de diversas afecciones esofágicas, sino también para el tratamiento de lesiones precoces que podrían convertirse en cáncer de esófago”, afirmó el Dr. Micames. A lo largo de su intervención, detalló cómo los avances en la tecnología endoscópica permiten a los médicos detectar de manera temprana cambios celulares que, de no ser tratados, podrían progresar a cáncer.
El especialista también mencionó que, en los últimos años, ha cambiado el tipo de cáncer de esófago predominante en la isla. “Hemos visto un aumento en la incidencia del adenocarcinoma esofágico, especialmente en aquellos pacientes con factores de riesgo como el sobrepeso y el reflujo gastroesofágico”, explicó. Este tipo de cáncer ha superado en frecuencia al carcinoma escamoso, reflejando un cambio significativo en los patrones de la enfermedad, no solo en Puerto Rico, sino globalmente.
En cuanto a la detección temprana, el Dr. Micames recalcó que la endoscopia sigue siendo el método de referencia. “La endoscopia, o gastroscopía, permite visualizar el esófago y tomar biopsias para confirmar lesiones precancerosas. Con la tecnología actual, podemos obtener imágenes de alta resolución que nos permiten detectar cambios microscópicos en el tejido esofágico antes de que se conviertan en cáncer”, explicó.
Respecto al tratamiento, el Dr. Micames enfatizó la importancia de la identificación temprana. “Cuando el cáncer de esófago se detecta en sus primeras etapas, las opciones de tratamiento son mucho menos invasivas. En muchos casos, podemos eliminar las lesiones precancerosas mediante procedimientos endoscópicos, como la ablación por radiofrecuencia, lo que ofrece una recuperación más rápida y un riesgo reducido de recurrencia”, aseguró.
Sin embargo, el especialista también advirtió sobre el desafío que representa el diagnóstico en etapas avanzadas. “Cuando el cáncer se detecta en una etapa más avanzada, el tratamiento suele ser más complejo e implica quimioterapia, radioterapia y cirugía. Estos tratamientos, aunque efectivos, requieren un mayor tiempo de recuperación y tienen un impacto más significativo en la calidad de vida del paciente”, señaló.
El Dr. Micames presentó además innovaciones en el campo, como nuevos métodos de muestreo no invasivos. “Actualmente, estamos trabajando en cápsulas que los pacientes pueden tragar, equipadas con cámaras o pequeños cepillos que recogen muestras del esófago para su análisis, lo que representa una opción menos invasiva que la endoscopia tradicional”, comentó.
Finalmente, el Dr. Micames cerró su intervención, destacando la importancia de la educación en salud y de los programas de detección. “Conferencias como esta son fundamentales para educar tanto a los profesionales de la salud como al público en general sobre la importancia de la detección temprana. No podemos subestimar el impacto de la educación en la lucha contra el cáncer de esófago”, concluyó.