En el camino hacia la eliminación de la hepatitis C para 2030, Puerto Rico avanza con un modelo de trabajo comprometido con la educación, detección y tratamiento temprano de esta enfermedad, especialmente enfocado en las poblaciones más vulnerables. Según Lilliam Rodríguez, CEO de VOCES, la clave de esta iniciativa está en una colaboración activa con el Departamento de Salud y otros aliados clave, buscando derribar barreras de acceso y conectar a los pacientes con el tratamiento que tanto necesitan.
Con jornadas de pruebas gratuitas para pacientes con Plan Vital y seguros privados, junto a programas educativos en clínicas como AMSCA, esta estrategia también incluye un enfoque integral para atender los determinantes sociales que afectan a los pacientes, desde la falta de transporte hasta el limitado acceso al conocimiento sobre la enfermedad.
Uno de los retos destacados por VOCES es la atención a personas privadas de libertad, una población en riesgo significativo de hepatitis C, que debe recibir atención dentro de las instituciones correccionales para proteger tanto su salud como la de la comunidad.
«Nuestro objetivo es que todos los sectores se sientan cómodos trabajando con el protocolo y educación, tanto los profesionales como los pacientes, para conectar a los más vulnerables con el cuidado que necesitan», comentó Rodríguez. En esta iniciativa, se destacan programas de educación en clínicas como AMSCA, además de jornadas de pruebas gratuitas para pacientes con Plan Vital y seguros privados.
Rodríguez explicó que un pilar clave es el trabajo con médicos primarios, quienes «pueden asumir muchas de las necesidades de tratamiento sin necesidad de referir a un especialista en cada caso.» Para apoyar esto, el programa incluye un enfoque integral que considera los determinantes sociales de los pacientes, como las barreras económicas, la falta de transporte y el acceso limitado al conocimiento sobre la enfermedad.
Uno de los retos actuales, según la CEO de VOCES, es la atención a personas privadas de libertad, quienes presentan una prevalencia significativa de hepatitis C. Rodríguez subraya que estas personas también deben recibir tratamiento dentro de las instituciones correccionales, ya que «eventualmente regresarán a la comunidad, lo cual representa un importante foco de infección».
VOCES y sus aliados se mantienen comprometidos en la lucha contra la hepatitis C, alineándose con la meta de la Organización Mundial de la Salud de lograr la eliminación de la enfermedad para 2030.