¿El ayuno intermitente sirve para combatir la obesidad y mejorar la salud cardiovascular? 

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Comer de forma irregular o durante la noche altera estos ritmos y aumenta el riesgo de obesidad, enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2. Imagen de archivo

La Asociación Médica Americana ha ratificado a la obesidad como una enfermedad crónica, lo que brinda a los médicos mayor libertad para enfocarse en su prevención y tratamiento. En Estados Unidos, la obesidad ha aumentado considerablemente tanto en niños como en adultos, afectando a 78 millones de adultos y 12.5 millones de niños y adolescentes. 

En Puerto Rico, según datos de la Escuela de Salud Pública, el 38% de la población tiene sobrepeso y el 26.6% padece obesidad, según la Dra. Horidel Febo Reyes, endocrinóloga de la Sociedad Puertorriqueña de Endocrinología y Diabetología (SPED).

En este sentido, recientemente se conoció un estudio liderado por la Universidad de Granada (UGR), la Universidad Pública de Navarra (UPNA) y el CIBER ha demostrado que el ayuno intermitente, que implica reducir las horas de ingesta diaria y prolongar los periodos de ayuno, es eficaz para perder peso y mejorar la salud cardiovascular en personas con obesidad. 

Los hallazgos, publicados en Nature Medicine, sugieren que realizar la última comida antes de las 5 p.m. es una estrategia efectiva para reducir la grasa subcutánea abdominal, especialmente después de períodos de excesos.

El ayuno intermitente ayuda a mantener un ciclo diario de ingesta y ayuno, estabilizando los ritmos biológicos del cuerpo. Comer de forma irregular o durante la noche altera estos ritmos y aumenta el riesgo de obesidad, enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2. Por ello, esta estrategia nutricional surge como una alternativa frente a las dietas de restricción calórica, que suelen ser difíciles de mantener a largo plazo.

El grupo de investigación PROFITH CTS-977 de la UGR, junto con instituciones como el Hospital Universitario Clínico San Cecilio y el Hospital Universitario Virgen de las Nieves, llevó a cabo un ensayo clínico con 197 personas de 30 a 60 años. 

El grupo de investigación PROFITH CTS-977 de la UGR, junto con instituciones como el Hospital Universitario Clínico San Cecilio y el Hospital Universitario Virgen de las Nieves, llevó a cabo un ensayo clínico con 197 personas de 30 a 60 años. 

Los participantes fueron asignados aleatoriamente a diferentes grupos: tratamiento habitual, ayuno temprano (9:00-17:00), ayuno tardío (14:00-22:00) y ayuno autoseleccionado (12:00-20:00). Todos recibieron también educación nutricional sobre dieta mediterránea y estilos de vida saludables.

Los resultados mostraron que, aunque el ayuno intermitente no ofreció beneficios adicionales en la reducción de grasa visceral, los participantes que practicaron ayuno, independientemente del horario, perdieron entre 3 y 4 kg más que el grupo de tratamiento habitual. El ayuno temprano destacó por su capacidad para reducir la grasa subcutánea abdominal y mejorar significativamente los niveles de glucosa en ayunas y nocturna.

La Dra. Idoia Labayen, investigadora principal en Pamplona, destacó que estas mejoras metabólicas, como la regulación de la glucosa, ayudan a prevenir la diabetes y a optimizar la salud metabólica. 

Además, todos los grupos mostraron una alta adherencia y no se registraron eventos adversos graves, lo que posiciona al ayuno intermitente como una estrategia segura y prometedora para manejar el peso corporal y mejorar la salud cardiovascular.

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