Un caso clínico recientemente documentado ofrece nueva luz sobre el manejo médico de una combinación de condiciones raras: sangrado gastrointestinal (HGI) en una paciente con telangiectasia hemorrágica hereditaria (THH) acompañada de una trombocitopenia extremadamente grave, un escenario clínico del que no existían reportes previos.
La paciente, una mujer de 66 años con diagnóstico de THH, también conocida como síndrome de Osler-Weber-Rendu, un trastorno genético autosómico dominante caracterizado por hemorragias recurrentes, especialmente nasales y digestivas.
Durante más de cinco años, la paciente sufrió episodios de epistaxis recurrente hasta que fue hospitalizada por hematemesis intermitente (vómito con sangre) y melena (heces oscuras por sangre digerida), signos claros de un sangrado digestivo activo.
Lo que llamó la atención de los médicos fue el nivel de trombocitopenia que presentó la paciente: un recuento plaquetario tan bajo como 1 × 10⁹/L, cifra que representa un riesgo altísimo de sangrado espontáneo. Este grado de trombocitopenia se considera muy grave y complicaba el abordaje diagnóstico y terapéutico del sangrado digestivo.
Abordaje clínico
Tras un tratamiento de soporte que permitió elevar su nivel de plaquetas a 23 × 10⁹/L, el equipo médico procedió con una gastroscopia. El examen reveló más de 50 lesiones angioectásicas (malformaciones vasculares) con sangrado activo en el tracto gastrointestinal. Gracias a un procedimiento de coagulación con plasma de argón, fue posible controlar los sangrados, lo que permitió estabilizar a la paciente y darle el alta con un pronóstico favorable.
Este caso no solo representa una combinación clínica extremadamente rara, sino que también plantea nuevas consideraciones sobre los efectos secundarios de algunos tratamientos comúnmente usados.
¿Un efecto adverso de los inhibidores de bomba de protones (IBP)?
Los médicos observaron que la trombocitopenia podría estar relacionada con el uso prolongado de inhibidores de bomba de protones (IBP), medicamentos frecuentemente recetados para controlar el reflujo ácido y las úlceras gástricas. Se sospecha que los IBP habrían inducido o agravado el descenso crítico en las plaquetas, un efecto adverso poco reconocido.
Ante esta posibilidad, los autores del estudio recomiendan la suspensión inmediata del IBP en pacientes con riesgo de sangrado digestivo y trombocitopenia, así como el uso de interleucina-11 humana recombinante y transfusiones de plaquetas cuando los niveles bajan de 20 × 10⁹/L. En caso de requerir continuar con tratamiento antiácido, proponen cambiar a un IBP con una estructura química diferente, siempre bajo estricto monitoreo hematológico.
Implicaciones clínicas
Este reporte ofrece una hoja de ruta para el abordaje seguro de pacientes con THH que desarrollen trombocitopenia severa y presenten sangrado digestivo. También advierte sobre la necesidad de vigilar los efectos adversos de fármacos de uso común como los IBP en pacientes con condiciones hematológicas de base.
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