Un reciente estudio del Biobanco del Reino Unido ha revelado una alarmante conexión entre la duración irregular del sueño y un mayor riesgo de diabetes en adultos de mediana edad y mayores.
El análisis, que involucró a más de 84.000 participantes con datos de acelerometría de 7 días, mostró que aquellos con patrones de sueño más irregulares tenían un 34% más de riesgo de desarrollar diabetes en comparación con sus pares con patrones de sueño consistentes.
«Se recomienda dormir entre 7 y 9 horas por noche, pero lo que no se tiene muy en cuenta en las directrices de políticas o a nivel clínico es la regularidad con la que se necesita hacerlo», explicó la Dra. Sina Kianersi, del Brigham and Women’s Hospital de Boston, a Medscape Medical News. «Nuestro estudio añadió que no se trata solo de la duración, sino de mantenerla constante. Los pacientes pueden reducir su riesgo de diabetes manteniendo sus 7-9 horas de sueño, no solo durante una noche, sino durante toda la vida».
El estudio, publicado en línea en Diabetes Care, destaca la importancia de la regularidad del sueño como un factor de estilo de vida modificable para reducir el riesgo de diabetes tipo 2.
Factores de Estilo de Vida Modificables
Los investigadores analizaron datos de 84.421 participantes del Biobanco del Reino Unido que no tenían diabetes al proporcionar datos del acelerómetro entre 2013 y 2015, y que fueron seguidos durante una mediana de 7,5 años (622.080 años-persona). La edad promedio de los participantes era de 62 años; el 57% eran mujeres, el 97% eran personas blancas y el 50% estaban empleados en trabajos sin turnos.
La variabilidad de la duración del sueño se cuantificó mediante la desviación estándar (DE) dentro de la persona, medida con un acelerómetro durante 7 noches. Los participantes con mayor DE en la duración del sueño eran más jóvenes y tenían más probabilidades de ser mujeres, trabajadores por turnos o fumadores actuales. Además, aquellos con un cronotipo «vespertino» definido, nivel socioeconómico más bajo, índice de masa corporal más alto y duración media del sueño más corta también mostraban mayor DE en la duración del sueño.
Durante el seguimiento se registraron 2.058 casos nuevos de diabetes. Tras ajustar por edad, sexo y raza, se encontró que los individuos con una DE de la duración del sueño de menos 60 minutos tenían un 34% más de riesgo de diabetes en comparación con aquellos con una DE promedio de 60 minutos. Ajustes adicionales por estilo de vida, comorbilidades, factores ambientales y adiposidad atenuaron la asociación a un 11% más de riesgo.
Los investigadores también descubrieron que la asociación entre la irregularidad del sueño y la diabetes era más fuerte en individuos con un menor puntaje de riesgo poligénico de diabetes, sugiriendo que el impacto de la irregularidad del sueño puede ser menos evidente en aquellos con alta predisposición genética.
Importancia del ritmo circadiano
El estudio subraya la importancia del ritmo circadiano natural del cuerpo para regular numerosos procesos fisiológicos. «Mantener una rutina de sueño regular ayudará a mejorar nuestro ritmo circadiano y a regular mejor muchos procesos, incluido el metabolismo y las hormonas que controlan el apetito», afirmó Krieger.
Un estudio adicional, publicado en línea en Diabetologia, también encontró que las duraciones de sueño subóptimas persistentes estaban asociadas con un mayor riesgo de diabetes, especialmente en participantes con cambios extremos y mayor variabilidad en sus duraciones de sueño.
En este sentido, el estudio ofrece nuevas evidencias sobre la importancia de mantener una rutina de sueño regular para reducir el riesgo de diabetes, destacando la necesidad de considerar no solo la cantidad de sueño, sino también su consistencia a lo largo del tiempo.