Un reciente estudio clínico respaldado por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) ha arrojado luz sobre la controvertida práctica de la extirpación de ganglios linfáticos en pacientes con cáncer de vejiga invasivo, desafiando la sabiduría convencional y sugiriendo que la cirugía extendida de los ganglios no ofrece beneficios en términos de supervivencia.
La extirpación de la vejiga y de los ganglios linfáticos cercanos es una práctica común para tratar algunos tipos de cáncer de vejiga. Sin embargo, los resultados de este nuevo ensayo, que incluyó a cerca de 600 pacientes sometidos a dicha cirugía, evidencian que la extirpación más amplia de los ganglios linfáticos no reduce el riesgo de recurrencia de la enfermedad ni mejora la longevidad de los pacientes, en comparación con un método estándar.
Publicados en la prestigiosa revista New England Journal of Medicine el pasado 2 de octubre, los hallazgos revelaron que, tras un seguimiento medio de 6,1 años, no se encontraron diferencias estadísticamente significativas en las tasas de supervivencia general ni en la supervivencia libre de enfermedad entre quienes se sometieron a la cirugía estándar y aquellos que recibieron la cirugía extendida.
Los investigadores, liderados por el Dr. Seth P. Lerner del Baylor College of Medicine, resaltaron además un aumento significativo en los riesgos de complicaciones graves y mortalidad en el grupo que se sometió a la extirpación prolongada. En particular, el estudio reveló que el 54% de los pacientes de la cirugía extendida experimentaron efectos secundarios severos, como anemia y complicaciones en las heridas, frente al 44% del grupo de cirugía estándar.
“Estos hallazgos se suman a la evidencia de un ensayo alemán previo que tampoco mostró beneficios con la linfadenectomía pélvica prolongada”, afirmó el Dr. Lerner, subrayando la necesidad de un enfoque más selectivo hacia la disección de ganglios linfáticos. Coincidente con este enfoque, el Dr. Ashish Kamat, director de investigación en cáncer de vejiga en el Centro Oncológico MD Anderson, señaló que “a menudo, menos es más”, indicando que los nuevos resultados deben llevar a una reevaluación de las prácticas quirúrgicas actuales.
El estudio también destaca la importancia de realizar investigaciones rigurosas antes de adoptar ampliamente nuevos procedimientos quirúrgicos, enfatizando que la práctica habitual de extirpación extensa podría no ser necesaria y potencialmente peligrosa para los pacientes. “Cuando faltan evidencias científicas de alto nivel, debemos desafiar la sabiduría convencional”, añadió el Dr. Lerner.
En una etapa siguiente, el equipo de investigación planea analizar muestras de tejido tumoral de los participantes con el fin de identificar perfiles moleculares que puedan estar relacionados con la supervivencia, abriendo camino a tratamientos más personalizados en el futuro.
Con estas revelaciones, se abre un nuevo capítulo en la atención de pacientes con cáncer de vejiga, donde las decisiones quirúrgicas deben fundamentarse en pruebas científicas que prioricen la seguridad y la calidad de vida del paciente.