Más allá del índice de masa corporal: Body dexa y otras herramientas importantes en el diagnóstico de la obesidad

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La Dra. Milliette Alvarado, es endocrinóloga, especialista en manejo de obesidad.

«A nivel poblacional, el IMC es un buen indicador, pero a nivel individual, no nos da toda la información. No toma en cuenta la composición corporal del paciente, y esto es clave cuando evaluamos los efectos de la grasa corporal», así lo aseguró la Dra. Milliet Alvarado, endocrinóloga especializada en el manejo de la obesidad, en entrevista con PHL. 

La especialista explica que el Índice de Masa Corporal (IMC) es la primera herramienta que usan en la práctica clínica para determinar si un paciente tiene sobrepeso u obesidad, y es muy útil, aunque no es perfecta. 

Por ello, además del IMC, la medición de la circunferencia abdominal es otro indicador fundamental. La doctora Alvarado explica que este dato extra nos ayuda a conocer el riesgo cardiometabólico de cada paciente. «Si un paciente tiene un IMC entre 25 y 35, es importante medir la circunferencia de la cintura, porque un aumento en esta medida puede representar un riesgo adicional al que ya implica un IMC elevado», señala.

Para obtener un diagnóstico más completo, también se deben evaluar otros indicadores, como el porcentaje de grasa corporal. La doctora menciona que herramientas como la densitometría o la impedancia bioeléctrica permiten conocer la cantidad de grasa corporal en relación con la masa muscular. 

También destaca la importancia de evaluar el metabolismo basal y realizar pruebas de laboratorio, como análisis de azúcar en sangre y perfiles lipídicos, para obtener una visión más amplia de la salud metabólica.

Sobre los riesgos de no diagnosticar la obesidad a tiempo, la doctora subraya que «identificar la obesidad de manera temprana es crucial para reducir los factores de riesgo asociados, como enfermedades cardíacas, diabetes y otras complicaciones graves». Y es que, según ella, la obesidad es una condición crónica que debe ser tratada de manera integral.

Cuando hablamos de la medición de la circunferencia abdominal, la doctora aclara que, en mujeres, si supera las 35 pulgadas y, en hombres, las 40 pulgadas, esto ya se considera un riesgo para la salud. 

También menciona que la edad, el sexo y el origen étnico juegan un papel importante en la evaluación, especialmente en pacientes asiáticos, quienes tienen umbrales más bajos para el IMC y la circunferencia abdominal, por lo que el riesgo de obesidad es mayor incluso con medidas más bajas.

La doctora también recomienda que el IMC y la circunferencia abdominal se evalúen al menos una vez al año, sobre todo en personas con factores de riesgo. En algunos casos, incluso es necesario realizar pruebas adicionales, como análisis de hormonas, para detectar posibles trastornos relacionados con la obesidad.

Hoy en día, las herramientas modernas como el “body dexa” (estudio avanzado de composición corporal) y la impedancia bioeléctrica están ayudando a diferenciar la grasa corporal de la masa magra, lo que nos permite obtener una evaluación más precisa de la composición corporal. 

La doctora recuerda que la obesidad es una enfermedad crónica que sigue creciendo a nivel global y que es clave usar todas las herramientas disponibles para diagnosticarla y tratarla adecuadamente.

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