La enfermedad renal crónica (ERC) implica un daño progresivo en los riñones, impidiendo que estos filtren correctamente la sangre, lo que provoca la acumulación de desechos en el cuerpo y puede causar complicaciones graves.
A menudo, los síntomas de la ERC no son evidentes y se desarrollan lentamente, lo que dificulta su diagnóstico temprano. En muchos casos, los pacientes no presentan síntomas y son diagnosticados únicamente a través de análisis de laboratorio.
Durante la 16ª reunión anual de la Sociedad Alemana de Nefrología (DGfN) en Berlín, la doctora Julia Weinmann-Menke, directora de la Clínica de Nefrología en el Centro Médico Universitario de Maguncia, señaló la importancia de una detección activa de la ERC. «La enfermedad renal crónica requiere una búsqueda activa», afirmó, destacando que los resultados del estudio InspeCKD revelaron que la ERC no se investiga con la frecuencia necesaria, lo que retrasa su diagnóstico.
Sin embargo, nuevos tratamientos están generando esperanza para los pacientes con ERC. Uno de los más prometedores es la finerenona, un antagonista selectivo de los receptores mineralocorticoides no esteroideos.
Este medicamento ha demostrado eficacia en la ralentización de la progresión de la enfermedad renal diabética, al reducir la inflamación y la fibrosis en los riñones, según los resultados del estudio FIDELIO. La guía KDIGO ya recomienda su uso en pacientes con diabetes mellitus y albuminuria.
Otra opción emergente es la semaglutida, un tratamiento inicialmente desarrollado para la reducción de peso, que también ha mostrado beneficios renales. La semaglutida, utilizada en pacientes con diabetes mellitus, mejora la hipertensión arterial y los niveles de azúcar en sangre, además de reducir la inflamación en las células renales, lo que contribuye a frenar la progresión de la ERC.
La doctora Weinmann-Menke subrayó que estos tratamientos no solo mejoran la salud renal, sino que también pueden beneficiar a pacientes con enfermedades cardiovasculares, debido a la relación estrecha entre ambas condiciones.
Según expertos, la incorporación de estos medicamentos cambiará la práctica médica, haciendo crucial la detección temprana y el monitoreo de la función renal, especialmente en personas con factores de riesgo como diabetes, obesidad o antecedentes familiares de enfermedades renales.
La concienciación sobre la importancia de la detección temprana y el acceso a estos nuevos tratamientos podría marcar una gran diferencia en la salud de los pacientes con ERC.