Un reciente estudio, publicado en agosto en la revista Environment International, revela que los tampones, un producto utilizado mensualmente por millones de personas, podrían contener metales tóxicos como plomo, arsénico y cadmio. Este hallazgo, realizado por investigadores de varias universidades estadounidenses, ha generado preocupación debido a la capacidad de la piel vaginal para absorber estas sustancias.
El equipo de investigación, liderado por Jenni A. Shearston de la Universidad de California en Berkeley, analizó tampones de diversas marcas y encontró la presencia de varios metales, incluidos aquellos que son tóxicos. Sin embargo, el estudio aún no determina si estos metales pueden ser liberados de los tampones o si pueden ser absorbidos por el cuerpo, lo que requerirá futuras investigaciones.
Los metales tóxicos, como los encontrados en los tampones, están asociados con riesgos graves para la salud, incluyendo enfermedades como demencia, infertilidad, diabetes, y cáncer, además de daños en órganos vitales como el hígado y el cerebro. Aunque se desconoce si los tampones pueden liberar estos metales al cuerpo, los resultados del estudio subrayan la necesidad de más investigaciones para comprender mejor este riesgo potencial.
Los investigadores midieron las concentraciones de 16 metales diferentes en 30 tampones de 14 marcas, comprados en tiendas de EE. UU., la Unión Europea y el Reino Unido. Las concentraciones variaron según el lugar de compra y el tipo de tampón (orgánico o no orgánico). A pesar de las diferencias, se encontró que todos los tampones contenían algún nivel de metales.
El estudio sugiere que estos metales podrían haberse introducido en los tampones tanto de forma involuntaria, a través de la absorción por el algodón durante su cultivo, como intencionada, mediante procesos de fabricación. La investigadora Shearston enfatiza la importancia de que los fabricantes analicen sus productos en busca de metales tóxicos y aboga por un etiquetado más transparente.
A pesar de que el impacto en la salud de los metales detectados aún no está claro, los autores del estudio coinciden en la necesidad de una regulación más estricta y de investigaciones continuadas para garantizar la seguridad de los productos menstruales.
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Jenni A. Shearston et al., «Tampons as a source of exposure to metal(loid)s», Environment International, 2024.