Un inusual caso clínico en España ha llamado la atención de la comunidad médica: un hombre de 64 años, hospitalizado por cáncer de pulmón, desarrolló una extraña erupción cutánea que se desplazaba por su cuerpo debido a una infección parasitaria poco común.
El paciente, cuyo cáncer se había extendido y ejercía presión sobre su médula espinal, fue tratado con altas dosis de glucocorticoides —fármacos utilizados para reducir la inflamación y como parte de ciertos protocolos oncológicos—. Cuatro días después de iniciar este tratamiento, comenzó a experimentar una erupción cutánea pruriginosa y diarrea leve.
Según el informe del caso, la erupción se presentó como líneas rojas y onduladas que inicialmente aparecieron cerca del ano y luego se extendieron rápidamente al tronco y las extremidades. Los médicos delinearon las marcas con un bolígrafo para rastrear su evolución, pero al día siguiente, las lesiones ya no coincidían con los contornos trazados, lo que evidenciaba su migración.
Posteriormente, un análisis de las heces del paciente reveló la presencia de larvas del nematodo Strongyloides stercoralis, un parásito responsable de la infección conocida como estrongiloidiasis. Los médicos diagnosticaron al hombre con síndrome de hiperinfección por Strongyloides con larva currens, una manifestación rara caracterizada por el desplazamiento de larvas bajo la piel.
El paciente fue tratado eficazmente con ivermectina oral, un antiparasitario común, y tanto la erupción como la diarrea remitieron poco después.
Este caso es particularmente notable porque S. stercoralis se encuentra mayormente en regiones tropicales y subtropicales, donde las condiciones de saneamiento son deficientes, y suele ser asintomático en la mayoría de las personas infectadas.
Sin embargo, cuando el sistema inmunitario está comprometido, como en pacientes que reciben corticosteroides o quimioterapia, la infección puede desencadenar un síndrome de hiperinfección, una complicación potencialmente mortal.
Los especialistas destacaron la importancia de considerar infecciones parasitarias latentes en pacientes inmunosuprimidos, especialmente aquellos que han vivido o viajado a regiones endémicas. La detección temprana y el tratamiento oportuno son claves para evitar desenlaces fatales.
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