Terapia hipolipemiante: ¿Cuándo debería suspenderse?

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La terapia hipolipemiante es fundamental en el manejo de pacientes con dislipidemias y riesgo cardiovascular. Imagen de archivo.

La terapia hipolipemiante es fundamental en el manejo de pacientes con dislipidemias y riesgo cardiovascular. Sin embargo, una pregunta frecuente entre los profesionales de la salud y los pacientes es cuándo se debería suspender esta terapia. El Dr. Alejandro Román González, Endocrinólogo, ha dejado claro que la suspensión de este tratamiento debe ser una decisión bien fundamentada y excepcional.

El Dr. Román González resalta que la decisión de iniciar una terapia hipolipemiante debe ser «clara y firme». Esto se debe a que la aterosclerosis, la enfermedad latente que estas terapias tratan, es una condición crónica e incurable hasta la fecha. Por lo tanto, una vez que se comienza un tratamiento hipolipemiante, se espera que este sea indefinido.

«Es importante entender que estamos manejando una enfermedad crónica», explica el Dr. Román González. «La terapia hipolipemiante no debe suspenderse incluso si se ha alcanzado la ‘meta’ establecida en cuanto a los niveles de lípidos en sangre. La naturaleza crónica de la aterosclerosis requiere una intervención continua para prevenir complicaciones a largo plazo».

El Dr. Román González enfatiza que las únicas circunstancias bajo las cuales se debería considerar la suspensión de una terapia hipolipemiante son la aparición de un efecto adverso grave o la existencia de una contraindicación clara para el uso del medicamento. «Cuando me preguntan cuándo suspender la terapia hipolipemiante, mi respuesta es siempre la misma: nunca. La única excepción es si el paciente presenta un efecto adverso grave o si hay una contraindicación para continuar con el tratamiento», agregó.

Esta recomendación tiene implicaciones en la práctica clínica. Los médicos deben estar atentos a los posibles efectos adversos y realizar un seguimiento regular, pero la suspensión del tratamiento no debe considerarse a menos que sea absolutamente necesario.

La terapia hipolipemiante es una intervención a largo plazo que no debe suspenderse a menos que existan razones médicas graves para hacerlo. La recomendación del Dr. González de mantener la terapia indefinidamente señala la importancia de una gestión constante y cuidadosa de las enfermedades crónicas como la aterosclerosis. 

Generalidades

El tratamiento hipolipemiante es fundamental en el manejo y prevención de las dislipemias, las cuales son uno de los principales factores de riesgo cardiovascular, contribuyendo a que las enfermedades del corazón sean la principal causa de muerte a nivel mundial. 

Estos medicamentos, conocidos como “hipolipemiantes,” son un grupo diverso que actúa reduciendo los niveles de lípidos en sangre a través de diferentes mecanismos. Aunque muchos se administran de manera individual, la combinación de algunos de ellos puede ser más efectiva para alcanzar los niveles recomendados de colesterol.

Estos fármacos juegan un papel esencial tanto en la terapia como en la prevención, ya que su uso ha demostrado una reducción significativa del riesgo cardiovascular, tanto en pacientes que no han experimentado un evento cardiovascular (prevención primaria) como en aquellos que sí lo han hecho (prevención secundaria).

Se recomienda iniciar el tratamiento hipolipemiante en pacientes de prevención secundaria, especialmente en aquellos con:

  • Enfermedades cardiovasculares.
  • Múltiples factores de riesgo que elevan el riesgo cardiovascular.
  • Diabetes tipo 2 o tipo 1 con microalbuminuria.
  • Antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares prematuras o que presentan riesgos particularmente altos (evidencia de enfermedad cardiovascular subclínica, niveles de colesterol LDL superiores a 240 mg/dl, etc.).

En casos de prevención primaria, es necesario evaluar individualmente el riesgo cardiovascular y considerar el costo-efectividad del tratamiento farmacológico.

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