Humberto Lugo-Vicente MD*
La torsión del tubo de Falopio (TTF) es una condición ginecológica extremadamente rara que
puede afectar a niñas y adolescentes. Esta afección ocurre cuando un tubo de Falopio se tuerce
sobre sí mismo, lo que puede cortar el suministro de sangre y causar dolor intenso. Aunque es
más común en mujeres en edad reproductiva, también puede presentarse en niñas, lo que hace
crucial reconocer y tratar esta emergencia médica a tiempo.
Los síntomas de la TTF incluyen dolor abdominal agudo, que a menudo se localiza en el
cuadrante inferior derecho del abdomen. Este dolor puede ser intermitente o constante y a
veces se irradia hacia la pierna o el muslo. Además del dolor, las pacientes pueden
experimentar náuseas, vómitos y fiebre. Estos síntomas no son específicos y pueden
confundirse con otras condiciones, como apendicitis, infecciones urinarias o quistes ováricos.
Debido a la rareza de la TTF y la similitud de sus síntomas con otras afecciones, el diagnóstico
puede ser un desafío. La ecografía es generalmente la primera herramienta de diagnóstico
utilizada, pero no siempre proporciona una imagen clara. Los médicos pueden observar signos
como un tubo de Falopio dilatado con paredes engrosadas y una disminución del flujo
sanguíneo. En muchos casos, se requiere una laparoscopia diagnóstica para confirmar la torsión
y evaluar el estado del tubo de Falopio.
La TTF puede ser causada por varias condiciones subyacentes. Los quistes paraováricos y el
hidrosalpinx, una acumulación de líquido en el tubo de Falopio, son factores de riesgo
conocidos. Los movimientos bruscos o traumas abdominales también pueden desencadenar la
torsión. La condición es más común en el lado derecho del abdomen, posiblemente debido a la
anatomía del colon sigmoide que brinda cierto grado de protección al lado izquierdo.
El tratamiento de la TTF generalmente requiere cirugía para desenrollar el tubo de Falopio y
restaurar el flujo sanguíneo. La laparoscopia es el método preferido, ya que es mínimamente
invasiva y permite tanto el diagnóstico como el tratamiento. Si el tubo de Falopio está
gravemente dañado o necrótico, puede ser necesario extirparlo (salpingectomía) para prevenir
complicaciones futuras.
En casos donde el tubo de Falopio se puede salvar, se realiza la detorsión y se trata cualquier
condición subyacente, como quistes. La conservación del tubo de Falopio es importante para preservar la fertilidad futura de la paciente, especialmente en niñas y adolescentes. Sin
embargo, en casos de hidrosalpinx, la recurrencia de la torsión es posible, y se pueden requerir
procedimientos adicionales.
El pronóstico para la TTF mejora significativamente con un diagnóstico y tratamiento
tempranos. La detección rápida y la intervención quirúrgica pueden preservar el tubo de
Falopio y reducir el riesgo de complicaciones como la infertilidad. Por lo tanto, es crucial que los
médicos consideren la TTF en el diagnóstico diferencial de niñas y adolescentes que presentan
dolor abdominal agudo.
La torsión del tubo de Falopio es una emergencia ginecológica rara pero grave que puede
afectar a niñas y adolescentes. Reconocer los síntomas y buscar atención médica inmediata es
vital para un tratamiento exitoso. Con una intervención oportuna, muchas pacientes pueden
recuperarse completamente sin pérdida de la función reproductiva. Si tienes una hija que
experimenta dolor abdominal severo y persistente, es esencial buscar atención médica para
descartar esta y otras condiciones graves.
El autor es cirujano pediátrico, catedrático y escritor. Citas (787) 340-1868.