Una vida dedicada a sanar: Dra. Esther A. Torres, pilar de la gastroenterología en Puerto Rico

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Dra. Esther Torres, gastroenteróloga, fundadora de la Fundación Esther A. Torres (FEAT).

Esther A. Torres no es solo una de las médicas más influyentes de Puerto Rico, sino también una de las más queridas y respetadas. Reconocida a nivel mundial por sus aportes a la gastroenterología, su hoja de vida está colmada de premios, distinciones y logros académicos, pero su mayor legado va mucho más allá del currículo: está en la vida de miles de pacientes que han encontrado esperanza en su mirada, conocimiento en sus manos y dignidad en sus tratamientos.

Investigadora incansable y voz clave en el estudio y tratamiento de las enfermedades inflamatorias del intestino, la Dra. Torres es fundadora de la Fundación Esther A. Torres (FEAT), una organización que ha transformado la vida de decenas —o cientos— de pacientes en la isla. FEAT es hoy un faro de apoyo y orientación para quienes enfrentan condiciones crónicas del sistema digestivo, muchas veces invisibles para el resto del mundo.

Quienes han pasado por sus manos coinciden en lo mismo: su compromiso va más allá de la medicina. Su liderazgo, su sensibilidad humana y su defensa de los derechos de los pacientes la convierten en una figura única en el escenario médico de Puerto Rico.

La Dra. Torres nos acompañó en el espacio Signos Vitales, donde compartió —desde el corazón— los momentos que han marcado su vida profesional. Con humildad y profundidad, habló de presiones, emociones, pasiones y decisiones que la llevaron a convertirse en una referente internacional de la gastroenterología.

Sobre sus mayores retos, reconoce que, más que momentos catastróficos, ha vivido presiones constantes: “Abogar todos los días por mis pacientes, por su acceso a tratamientos, por los recursos que necesitan… esa es una carga emocional constante, pero también una motivación”.

Al recordar los instantes que le han “cortado la respiración”, menciona conmovida el haber recibido el rango académico de Profesora Emérita, uno de los reconocimientos más significativos de su carrera. Pero también destaca los momentos cotidianos: cuando una paciente joven vuelve a soñar, se gradúa o llega a su consulta con la imagen de su primer sonograma. “A veces me siento como si fuera obstetra, acompañándolas en ese renacer”.

¿Y qué le acelera el pulso? Lo inesperado: una noticia difícil que dar, una presentación importante, un paciente críticamente enfermo. “Pero ese pequeño estrés me recuerda que aún me importa, que estoy viva y comprometida”, confiesa.

Cuando se le pregunta qué la apasiona, la respuesta no sorprende: su vocación. “Esto no ha sido nunca una profesión para mí, sino una misión. Me levanto todos los días con el entusiasmo de seguir ejerciendo lo que siento como mi propósito de vida”.

Su historia comenzó con un giro inesperado. De joven, pensaba especializarse en patología, pero un verano en la unidad de investigación del Hospital de Veteranos cambió su rumbo. Un mentor visionario la invitó a involucrarse con pacientes, a hacer investigación clínica y a pensar en la medicina interna y la gastroenterología como su camino. A partir de ahí, no hubo vuelta atrás.

Hoy, décadas después, la Dra. Torres sigue demostrando que la excelencia médica no se mide solo en títulos o logros, sino en la capacidad de transformar vidas con empatía, ciencia y entrega. Su legado, como investigadora, médica y mentora, es prueba de que una sola persona puede cambiar el rumbo de una especialidad… y de toda una comunidad de pacientes.

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