El cáncer de próstata es el que más afecta a los hombres, tanto en Puerto Rico como en el resto del mundo. En la isla, la incidencia de este tipo de cáncer es alarmantemente alta, siendo uno de los más mortales entre los hombres. Según el Dr. Ramphis Morales, urólogo reconstructivo adscrito al Centro Comprensivo de Cáncer, uno de cada siete hombres en Puerto Rico padecerá cáncer de próstata a lo largo de su vida. Este dato resalta la importancia de la detección temprana y el tratamiento adecuado para garantizar una vida de calidad tras el diagnóstico.
El Dr. Morales explicó que su función como urólogo reconstructivo se enfoca en devolver la funcionalidad del sistema genitourinario tras las cirugías de cáncer de próstata. Los pacientes que pasan por este tipo de intervención a menudo enfrentan efectos secundarios como incontinencia urinaria o disfunción eréctil, pero gracias a los avances en la medicina y la cirugía reconstructiva, estas secuelas pueden ser corregidas, mejorando significativamente la calidad de vida del paciente.
“El enfoque multidisciplinario, donde los pacientes pueden consultar tanto con urólogos oncólogos como reconstructivos, es fundamental para que tomen decisiones informadas sobre su tratamiento y vida posterior al cáncer”, destacó el doctor.
La alta prevalencia de cáncer de próstata en Puerto Rico está relacionada con factores genéticos y la prevalencia de poblaciones afroamericanas e hispanas, que son más propensas a desarrollar este tipo de cáncer. Además, el Dr. Morales señaló que, aunque en Estados Unidos la recomendación es comenzar con exámenes a los 45 años, en Puerto Rico debido a la alta incidencia, se comienza un poco antes.
Sin embargo, un factor crítico sigue siendo la procrastinación o el miedo de los hombres a realizarse las pruebas de detección. “Muchos temen al examen de tacto rectal o se sienten incómodos con la idea, pero es importante que sepan que la combinación de una prueba de sangre y un tacto digital nos permite hacer una evaluación mucho más completa”, explicó el urólogo.
La detección temprana de cáncer de próstata ha evolucionado considerablemente en los últimos años. Con el avance de la tecnología, ahora es posible tratar el cáncer de próstata de manera más precisa y menos invasiva. La cirugía robótica, por ejemplo, ha permitido a los cirujanos preservar nervios esenciales, lo que reduce la incidencia de disfunción eréctil y de incontinencia urinaria. Además, en algunos casos, se opta por un enfoque de observación, retrasando el tratamiento hasta que sea necesario, lo que brinda al paciente tiempo para asimilar su diagnóstico sin perder calidad de vida.
El Dr. Morales enfatizó que el cáncer de próstata no es una sentencia de muerte. Con los avances actuales en los tratamientos, la expectativa y la calidad de vida de los pacientes han mejorado notablemente. “Lo importante es que los pacientes comprendan que hoy en día tenemos muchas opciones para tratarlos y que, aunque el diagnóstico sea de cáncer, esto no significa el fin de la vida, sino que hay esperanza y soluciones”.
A medida que la población envejece, el número de casos de cáncer de próstata en Puerto Rico podría aumentar. Sin embargo, el experto instó a los hombres a no esperar hasta sentir síntomas o llegar a una edad avanzada para someterse a los exámenes de detección. La clave para combatir el cáncer de próstata es la detección temprana, que puede salvar vidas y permitir que los pacientes vivan con calidad.
El urólogo hizo un llamado a la población masculina a perder el miedo y acudir al médico: “Hay una comunidad de urólogos dispuestos a acompañarlos en este proceso, y con una prueba de sangre y un tacto rectal, podemos prevenir muchos problemas y mejorar sus vidas”. La educación, el apoyo y la detección temprana son esenciales para enfrentar este desafío de salud pública.