De la diabetes a la inflamación: Las sorpresas de la metformina

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Su bajo costo y eficacia la han convertido en la primera línea de defensa para muchos pacientes con diabetes tipo 2.

La metformina es tomada por millones de personas a nivel mundial. Este fármaco de primera línea para el tratamiento de la diabetes tipo 2 tiene como objetivo principal reducir los niveles de glucosa en la sangre. 

Investigaciones recientes sugieren que este «medicamento milagroso» podría tener beneficios adicionales, como ralentizar el crecimiento del cáncer, mejorar los resultados en casos graves de COVID-19 y disminuir la inflamación. Sin embargo, hasta ahora, los científicos no habían logrado comprender completamente el mecanismo de acción de la metformina.

Un nuevo estudio de Northwestern Medicine ha aportado evidencia directa sobre cómo la metformina actúa en las células. Según esta investigación, realizada en modelos de roedores, el medicamento interfiere con las mitocondrias, las «centrales energéticas» de las células, reduciendo de manera reversible el suministro de energía.

Específicamente, la metformina bloquea una parte de la maquinaria mitocondrial conocida como complejo mitocondrial. Este mecanismo permite dirigir el tratamiento a células específicas asociadas con la progresión de enfermedades, sin dañar significativamente a las células normales y sanas.

Descubrimiento clave en el estudio de la metformina

“Esta investigación mejora significativamente nuestra comprensión del mecanismo de acción de la metformina”, explicó Navdeep Chandel, autor correspondiente del estudio y profesor en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern. “Millones de personas toman metformina, pero su mecanismo exacto había sido un misterio hasta ahora. Este estudio demuestra que la metformina reduce los niveles de azúcar en sangre al interferir con las mitocondrias de las células”.

Colleen Reczek, primera autora del estudio, utilizó ratones modificados genéticamente para expresar una enzima de levadura conocida como NDI1, que imita al complejo mitocondrial I pero es resistente a la acción de la metformina. Los resultados revelaron que, mientras los ratones de control mostraban una reducción en los niveles de glucosa tras recibir metformina, los ratones que expresaban NDI1 tenían una menor respuesta a la reducción de glucosa, confirmando que el complejo mitocondrial I juega un papel crucial en la acción del medicamento.

“Los roedores que expresaban NDI1 no fueron completamente resistentes a los efectos reductores de glucosa, lo que sugiere que la metformina también podría actuar a través de otras vías. Sin embargo, se necesita más investigación para explorar estos mecanismos”, destacó Chandel.

Usos de este medicamento

La metformina, utilizada durante más de 60 años, deriva de compuestos de la planta lila francesa. Su bajo costo y eficacia la han convertido en la primera línea de defensa para muchos pacientes con diabetes tipo 2. En Estados Unidos, se combina frecuentemente con medicamentos más recientes, como las semaglutidas (Ozempic, Mounjaro), que también se utilizan para el control de peso.

El Dr. Scott Budinger, coautor del estudio y jefe de cuidados intensivos en la Facultad Feinberg, ya había demostrado previamente que la metformina reduce la inflamación inducida por contaminantes en ratones al interferir con el complejo mitocondrial I. Este descubrimiento podría explicar también su efecto protector en otras afecciones inflamatorias y sus posibles beneficios anticancerígenos.

“Creemos que los diversos efectos de la metformina, como la reducción de los niveles de glucosa, la disminución de la inflamación y sus posibles propiedades anticancerígenas, podrían explicarse, en parte, por la inhibición del complejo mitocondrial I”, afirmó Chandel. “Con el tiempo, otros investigadores deberán corroborar nuestra hipótesis y explorar cómo este mecanismo podría contribuir a mejorar la esperanza de vida en los seres humanos”.

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