Por primera vez en el mundo, el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS) ha comenzado a ofrecer una innovadora terapia contra el mieloma múltiple, una forma de cáncer de la sangre, que actúa como un “caballo de Troya” al introducir medicamentos tóxicos directamente en las células cancerosas.
La nueva opción terapéutica, conocida como belantamab mafodotina, representa una forma avanzada de quimioterapia: combina anticuerpos diseñados para reconocer células cancerosas con un fármaco quimioterapéutico de alta potencia. Este compuesto actúa desde dentro de las células malignas, destruyéndolas con mayor precisión y causando menos efectos secundarios.
“Este es un avance muy importante para las personas con mieloma, porque, aunque no podamos curar la enfermedad, darles tiempo libre de la enfermedad y de los síntomas es muy importante”, expresó el profesor Peter Johnson, director clínico nacional de cáncer en el NHS England.
Una de las primeras personas en beneficiarse de esta terapia es Paul Silvester, de 60 años y residente en Sheffield, quien fue diagnosticado hace casi dos años tras sufrir fracturas óseas causadas por el cáncer. Tras un trasplante de médula y una recaída, Paul accedió al tratamiento mediante un programa de acceso temprano. En cuestión de semanas, entró en remisión.
“La terapia cambió absolutamente la vida”, afirmó Paul. “Creó esa oportunidad de disfrutar la vida.” Ahora planea visitar el Muro de Adriano y asistir a la graduación de su hija. “La mayoría de la gente dice ‘te ves muy, muy bien’… Yo tengo una vida normal y buena”, contó a la BBC.
El mieloma múltiple afecta a las células plasmáticas de la médula ósea y, aunque actualmente no tiene cura, esta nueva terapia ofrece una esperanza significativa. Ensayos clínicos mostraron que la belantamab mafodotina puede frenar la progresión del cáncer durante tres años, frente a los 13 meses que ofrecen los tratamientos actuales.
Este fármaco, desarrollado por GSK en el Reino Unido, fue aprobado tras una revisión del Instituto Nacional de Excelencia en la Salud y la Atención (NICE), que lo consideró una opción rentable y eficaz. Se estima que alrededor de 1,500 pacientes al año podrían beneficiarse en el país.
La terapia no está exenta de efectos secundarios: puede provocar sequedad ocular y visión borrosa debido a residuos del medicamento en el cuerpo. Sin embargo, su perfil es más tolerable en comparación con tratamientos anteriores.
“Son medicamentos muy inteligentes”, dijo el profesor Martin Kaiser, del Instituto de Investigación del Cáncer. “La diferencia en los efectos secundarios es realmente notable”, añadió, anticipando que en cinco años más del 50% de los pacientes podrían alcanzar una remisión prolongada.
La ministra de Salud, Karin Smyth, celebró la iniciativa: “Esta terapia innovadora sitúa al NHS a la vanguardia de la innovación en la lucha contra el cáncer.” Por su parte, Shelagh McKinlay, de la organización benéfica Myeloma UK, subrayó el impacto: “Transformará la vida de miles de personas.”
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